nº 47 - Febrero 2004 • ISSN: 1578-8644
CINE:
Sueños en la caverna
"Love is all around"

alex oviedo
Cada cierto tiempo las pantallas nos deleitan con pequeños momentos de auténtico placer, joyas cinematográficas planeadas por obra y gracia de un creador que sabe qué es lo que se tiene entre manos. En el caso que nos ocupa una comedia bien trazada y mejor resuelta, cimentada a partir de un guión extraordinario y unos personajes que nos hacen creer en ellos, en sus vivencias, en sus emociones.

Para hacer que una película como “Love actually” conserve ese aroma a frescura, y que no se pierda en la cantidad de situaciones que refleja (las pequeñas historias de veinte personajes interrelacionados con el amor como punto de partida) es necesario que su director haya pasado anteriormente por la narrativa. Y Richard Curtis ha firmado alguno de los guiones más interesantes de los últimos años: “Cuatro bodas y un funeral”, “Notting Hill” y “El diario de Bridget Jones”, sin olvidar muchos de los capítulos de la serie “Mr Bean”, (de hecho, Rotwan Atkinson hace su breve pero jovial aparición en un par de escenas de la película).

En “Love actually”, Curtis se ha sabido rodear de grandes actores, la mayoría británicos, en un intento de demostrar nuevamente que en Gran Bretaña se puede hacer buen cine si se deja de lado la influencia norteamericana. Un desesperado Liam Neeson como marido al que se le acaba de morir la mujer y que tiene que lidiar con un hijastro de once años enamorado de una compañera de clase. Un espléndido Bill Nighty luchando por resucitar como estrella del rock con un villancico carente de originalidad; Hugh Grant (representante actual de lo que podríamos llamar comedia elegante) como primer ministro soltero que no sólo ha de enfrentarse a problemas políticos sino también a sus propios problemas sentimentales y que se mueve como pez en el agua parodiándose a sí mismo; Emma Thompson y Allan Rickman, un matrimonio en el que el marido comienza su particular crisis de los cincuenta; Colin Firth, un autor de novelas policiacas que descubre a su mujer en brazos de otro y busca el consuelo en la escritura y en su casa de campo; Laura Linney, una tímida secretaria colgada siempre del móvil que no es capaz de expresar su amor hacia un compañero de trabajo; y completando el círculo, una pareja de recién casados y el mejor amigo de él en un trío sorprendente de relaciones, o un joven que busca a toda costa enrollarse con americanas, o una pareja de dobles de escenas de sexo….

Pero más allá de los actores esta comedia con la Navidad como trasfondo sabe reflejar con humor y ternura las relaciones que los personajes mantienen consigo mismos y con los demás. De ahí que cada historia se convierta en una más del conjunto con una soltura digna de un gran compositor, de un escritor de diálogos y de vivencias unidas sin presencia alguna de flecos o lamparones, con un romanticismo latente desde las primeras secuencias y que la convierten en una de las películas más optimistas y generosas de los últimos años. Una especial oda a la cordialidad y a las relaciones personales: pese a todo lo malo que podamos ver en el mundo, al final los seres humanos siempre buscamos alguien a quien amar y encontramos un hueco para dar lo mejor de nosotros mismos.