nº 46 - Enero 2004 • ISSN: 1578-8644
ENTREVISTA a:
Marifé González: Ilustradora

inés matute
Las hadas, los gnomos, los príncipes azules y todos los personajes del cuento tradicional vuelven a estar de moda, y para comprobarlo, basta echar un vistazo a los escaparates de las principales librerías del país. Según manifiesta Reina Duarte, pedagoga y directora de publicaciones generales de la editorial Edebé, “los cuentos que utilizan seres sobrenaturales y presentan personajes muy maniqueos son perfectos para establecer una división clara entre el bien y el mal. Reflejan sentimientos sencillos y una moral ingenua, pero capaz de sentar las bases de una conciencia moral. Promover la literatura entre los niños es muy positivo, puesto que gracias a ella empiezan a familiarizarse con la musicalidad de la palabra, se potencia su fantasía, su creatividad y el desarrollo del pensamiento”. Pero, ¿cómo evoluciona el cuento a medida que el niño va creciendo? Los niños son muy egocéntricos, y sus propias experiencias son vitales para ellos. En su primera infancia, los cuentos que les muestran una realidad conocida (el entorno familiar, los celos del hermano pequeño, el mundo escolar, la mascota de un amigo, etc) les resultan de gran interés. Son cuentos – catarsis: en ellos lo pasan muy mal para posteriormente relajarse con un final feliz. Con la llegada de la segunda infancia (9-10 años) se produce un cambio; entonces muestran una clara preferencia por las aventuras, el misterio o la magia. (No conviene olvidarse del fenómeno Harry Potter). En la preadolescencia muestran una mayor preocupación por el amor, las relaciones dentro de la pandilla o los conflictos actuales – la guerra, la pobreza, la inmigración, etc - Lógicamente, la ilustración debe evolucionar paralelamente al texto.

Personalmente, admito mi fascinación por los cuentos infantiles, y también admito que, ocasionalmente, he recurrido a ellos a la hora de sobrellevar una noche de insomnio. La valenciana Ana Juan – “La bella durmiente” (Anaya) o “Frida” (Alfaguara Infantil)- es, con una técnica colorista y enérgica, una de mis ilustradoras favoritas. También lo es la catalana Carme Solé – “Magenta” (Lumen)- que tuvo no pocos problemas con algunos editores que la consideraban demasiado “moderna” en el tratamiento de las imágenes. Marifé González completa mi particular trío de artistas favoritas dedicadas al fascinante mundo de la ilustración.

MARIFÉ GONZÁLEZ

¿Llevas mucho tiempo dedicándote a la ilustración? ¿Cómo te iniciaste en esto?

Llevo dedicada a la ilustración desde el año 1986, es decir, 17 años. Me interesé por este mundo estando en 4º curso de BBAA porque mi amiga Ana Cañas realizaba ilustraciones y trabajaba para alguna editorial. Desde el primer momento la ilustración me fascinó.
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¿Compaginas la ilustración con otro tipo de trabajos plásticos? Por lo que tengo entendido, has ganado numerosos premios como pintora... ¿Qué vertiente te resulta más gratificante?

Sí. Compagino la ilustración con mi obra como artista plástica, y cada una en su campo me resulta gratificante. Si hablamos del aspecto económico, mi obra no es seguro que se venda, mientras que en ilustración se trabaja con un presupuesto previo y se cobra al finalizar el trabajo. La gratificación debe medirse atendiendo a otras variables: Pensar que un niño pueda disfrutar leyendo uno de los cuentos que yo he ilustrado y hacer volar su imaginación mirando una de mis ilustraciones, me parece algo maravilloso.

¿Qué tal se paga la ilustración?

En general, bastante mal.

¿Cuánto tiempo te lleva tiempo ilustrar un libro?

Eso varía; depende del tipo de libro, el número de páginas, la complejidad de la ilustración... hay ilustraciones mucho más elaboradas que otras, que requieren de más detalles. Para ellas, incluso necesito documentarme previamente. Según la edad del futuro lector – algunos libros, como los del “Barco de Vapor”, indican la edad idónea y diferencian las distintas colecciones y edades por colores - el dibujo deberá de ser más o menos realista. ¡Depende de tantos factores!

¿Qué relación se establece entre el autor y el ilustrador?

En mi caso, no hay ninguna relación personal.

¿Sueles hacer bocetos antes de la ilustración final? ¿Es difícil adaptar las ilustraciones a los textos? ¿Te ciñes completamente a ellos?

Sí. Normalmente hago bocetos previos a la ilustración final. En cuanto a la adaptación al texto, a veces encuentro textos que se me resisten un poco. En líneas generales, no me gusta ceñirme completamente al texto salvo que el proyecto lo requiera.

¿Que opinión te merecen los diversos métodos de animación a la lectura? ¿Cuál es el papel del ilustrador en esta actividad?

Me parece estupendo cualquier método que anime a los niños a leer. Creo que el ilustrador tiene un papel muy importante, sobretodo en los cuentos dirigidos a los niños más pequeños, donde el texto suele ser muy escaso o incluso inexistente.

¿Podrías darnos el nombre de tus ilustradores favoritos? ¿Puede apreciarse su influencia en tu trabajo?

Hay muchos ilustradores que me gustan, como por ejemplo Javier Serrano, Maria Luisa Torcida, Ulises Wensell o Pablo Echevarría. En cuanto a la segunda pregunta, creo sinceramente que la respuesta es no.

Hay un momento en tu carrera a partir del cual se observa una cierta continuidad de estilo. ¿Has encontrado una cierta estabilidad o crees que nunca se deja de buscar nuevas formas?

Nunca se deja de buscar nuevas fórmulas. La búsqueda de una superación personal en el trabajo también se da en el mundo de la ilustración.

¿Destacarías algún autor con cuyos textos te hayas sentido especialmente satisfecho o cómodo a la hora de ilustrar?

No, creo que no.

Los libros infantiles y en especial los álbumes, ¿ están atravesando una etapa de mejora y preocupación estética? ¿Ha supuesto esto algún cambio en el papel del ilustrador?

Eso es cierto. Ha aumentado mucho el interés por la estética en el mundo de la ilustración, y lógicamente, el trabajo del ilustrador comienza a contemplarse con mayor aprecio y respeto.

¿En qué estás trabajando ahora?

En una colección de cuentos de cartón para los niños más pequeños.

¿Qué libro te gustaría ilustrar?

Me gustaría ilustrar “El principito”. Y también algún texto propio.

Currículum