nº 57 - Diciembre 2004 • ISSN: 1578-8644
La quinta columna
"Tres en uno"
luis arturo hernández

(Narrativa completa de Eliseo Diego)
(Cuentos, de Eliseo Diego, Ed. Algaida, col. Calembé, Cádiz, 2003)

La colección Calembé, en su intención de poner en contacto la literatura hispánica de ambos lados del Océano, rescata en esta ocasión tres libros de cuentos del poeta cubano Eliseo Diego, reuniendo en un solo volumen un auténtico tesoro literario de Ultramar.

Desde En las oscuras manos del olvido (1942) o Divertimentos (1946) a Noticias de la quimera (1975) la infancia como matriz permanente de la existencia, la auténtica vida como sueño –“Un sueño detrás, otro delante, y en el medio el punto que es donde está uno. Si nos quitan el primer sueño, ¿de qué haremos el segundo? Y si nos quitan los dos no queda más que el punto, que es apenas nada”- y la conciencia de ser el cuento la única forma de reinventar la memoria –“En el principio hay siempre un cuento –dijo el viejo- y en el final hay otro. El resto es la espera”- constituyen los motivos recurrentes, las líneas de fuerza, de la poética prosa narrativa de Eliseo Diego rescatada por Algaida.

GALERÍA DE FANTASMAS

Y en dicho ámbito de la “infancia recuperada” –“Porque, ¿qué diferencia substancial puede haber entre un recuerdo y un sueño?”- se centra casi obsesivamente la primera de las obras citadas: galería de retratos y conjuro de fantasmas familiares sirviéndose de un punto de vista de narrador identificado con los otros y que adopta la mirada de ese Niño que fue -o que no fue-, en recreación imaginaria de la memoria –“sustituir esta realidad por la otra, la imaginada, falsa si bien perdurable, realidad del Arte”- para volver por fin al punto de partida del narrador adulto, tras recorrer la Casa de la infancia donde vuelve, visitado por las visiones de los convocados a la ouija con toda su mitología -el hombre verde, el negro haragán-, con la conciencia expresa de ser un manipulador –“Miradme, observad a Eliseo Diego, atento el oído, la mirada atenta, en vela por un niño de seis años. Yo soy el que habla, ya lo he dicho, el que escribe, el que es escrito. (...), pues yo soy el gigante que recorre toda la historia por la otra parte, ordenándola y haciéndola, haciéndose”-, hasta transustanciar el opus nigrum del vago recuerdo en esa alquimia de la Literatura, en “la quimificación en el vientre de la insaciable bestia cuyas tragaderas jamás se cierran“: “Él ya no tenía casa a que volver, porque él no era ya -¿lo había sido nunca?- el mismo él”.

RETABLO DEL TÍO PEDRO

“En las oscuras manos del olvido” ya la reflexión meta-literaria sobre “la masticación continua del olvido que es el tiempo”, Divertimentos inaugura un felicísimo período en el que Diego, sin renunciar a la búsqueda de “lo indecible” que barrunta los absolutos a través del enigma, la belleza o la muerte, compone una colección de cuentos breves en los que reaparece como hilo conductor, enhebrando los cuentos del libro, “el tío Pedro”.
En este tiempo en que los antólogos pugnan a porfía por ampliar el canon del llamado “microrrelato”, Divertimentos constituye en sí mismo una antología de relatos breves en el que conviven odas elementales con poemas en prosa, desde el “ramonismo” jovial al lírico “juanramonismo”, desplegando la ambientación de sus ficciones desde la Edad Media –literatura gótica- al Romanticismo –con reminiscencias románicas-, y pasando -no podía ser menos en alguien vinculado al grupo “Orígenes”- por el Barroco español, en un juego manierista -“animales que no eran sino bocas abiertas a uno y otro extremo, nadas”-, a lo largo de las revueltas de la helicoidal del irracionalismo poético subjetivo, con el sueño como motivo recurrente de las estampas en cursiva y la presencia renovada de la niñez en el mayor momento de madurez del narrador como anticipo de despedida.

INTERCÁLASE UN MUESTRARIO DEL “LIBRO DE LAS MARAVILLAS DE BOLOÑA”

Esta compilación de la obra narrativa de Eliseo Diego incluye, espigados del poemario Muestrario del mundo o libro de las maravillas de Boloña, tres de aquellos poemas en prosa susceptibles de leerse como relatos poéticos –entre ellos Intercálase la historia del anticuario-, junto al inédito Historia de pastores –que no figuraba en la edición de Letras Cubanas (La Habana, 1983) de su obra poética reunida bajo el título de Poesía-, lo que prueba la versatilidad del autor así como su capacidad para desbordar géneros.

DIVERSIÓN DE LA QUIMERA

Su tercer libro propiamente dicho, Noticia de la quimera, obra de madurez del poeta, se desliza hacia el realismo maravilloso –lo extraordinario, fantástico-, por medio de los pasadizos del tiempo y el espacio y destapando la caja de los juegos reunidos como las claves lúdicas y lúcidas de la vida –dominó, ajedrez, rompecabezas, figuritas de barro o gnomos-, antes de desembocar en dos obras maestras –y en esto coincidimos con Eliseo Alberto, hijo del autor y prologuista de esta compilación-, como son El hombre de los dientes de oro y Jugando, ambos glosas en prosa de sendos poemas populares cubanos, que parecen confirmar las palabras de Eliseo Diego en su primera obra: “Y no sé ahora si imagino, o sueño o recuerdo, con algún libro conocido entre las manos, esta historia.”