ISSN 1578-8644 | nº 41 - Julio / Agosto 2003 | Contacto | Ultimo Luke
"Los Rolling Stones arrasaron en los conciertos de Bilbao y Madrid
La mejor banda de rock confirma su reinado tras cuarenta años de lametazos
"

roberto gutiérrez
(Fotografías: Tomás Echeverría)

Siempre he defendido que ver a los Stones en el 2003 es igual que verles en la gira del 76 o incluso en giras anteriores porque, a pesar de la edad, siguen en plena forma y su repertorio sigue siendo maravilloso y vitalista. También es cierto que cuando defendía esta opinión lo hacía con ciertas reservas porque, sin pensamos en la edad de estos muchachos, la situación da vértigo y parece imposible señalar que siguen dando el mismo recital, con la misma intensidad y con el mismo buen hacer que hace treinta años ; sin embargo tras haberles visto en los conciertos de Bilbao y Madrid sólo puedo reafirmarme en lo dicho y confirmar lo acertado de la anterior opinión.

Los Stones en el 2003 siguen igual que siempre, Keith Richard sigue con su aspecto crápula y salvaje, habiéndose añadido unos cuantos collares más sobre el pecho, luciendo incluso una figura de Buda, sin olvidar su anillo de calavera y su pulsera de esposas policiales. Ron Wood sigue con su peinado años sesenta y su aspecto de delincuente juvenil, a pesar de tener más de 55 años, con sus camisetas ceñidas y sus vaqueros estrechos ; Charlie tiene un aspecto inmejorable pero serio y adulto sin las concesiones juveniles de sus compañeros y por último Mick Jagger está sublime, con ese cuerpo sin grasa, esa mata de pelo y esa energía incomprensible e increíble que nos dejó alucinados y asombrados en los conciertos de España.

Musicalmente siguen siendo fantásticos, aunque en las dos giras anteriores ya habían dejado el listón muy alto. Yo los he visto en la gira de 1982, 1990, 1995, 1998-1999 y ahora en el 2003 ; y voy a tratar de resumir como fueron las giras anteriores ; La gira de 1982 fue una locura, aún estaban en la cresta de la ola y seguían fieles al triunvirato que formaban el sexo, las drogas y el rock, además presentaban uno de sus mejores albumes “ Tattoo You”, aunque musicalmente en directo eran inestables ya que Ron Wood brillaba poco y bebía mucho. Richard aún tenía adiciones diversas y a veces eso se le notaba en escena, preocupándose más de encender un cigarrillo que de tocar la guitarra, sin embargo Mick Jagger, en esa gira, se mostraba exultante y nunca corrió y brincó tanto como en esos conciertos, mientras que Charlie y Billi, seguían como siempre excelentes. El concierto que presencié en el 82 fue el del siete de julio en Madrid que pasó a la historia como el concierto de la tormenta y la verdad es que fue maravilloso, guardando fantásticos recuerdos del recital y de todo lo que conllevaba ver a los Stones en España en dicho momento.

Volví a verlos nuevamente en Madrid en la gira de 1990 y aquí me encontré con que el grupo se había vuelto demasiado adulto, con un montaje escénico exagerado y con unas canciones demasiado bien tocadas, sin las improvisaciones y el descontrol de la gira anterior. De repente mis Stones se habían vuelto demasiado adultos y me gustaron aunque con reservas. Siempre digo que fue el peor concierto que vi de los Rolling y he visto siete.

La gira de 1995 fue otro cantar, nada que ver con la seriedad de 1990. Los Stones, ahora con el nuevo bajista negro, se dedicaron a desempolvar viejos temas, al igual que en la gira de 1982, con una diferencia, en esta gira tocaron como nunca han tocado. Los vi en Gijón y los vi completamente rejuvenecidos, tocando fenomenalmente bien, con un Richard y un Wood fenomenales, conectando totalmente con el público, llegando a pedir Jagger tranquilidad dado que la excitación era tremenda entre el público. Ese concierto fue maravilloso y los siguientes también.

La gira de 1998-99, para presentar el álbum Bridges To Babylon, también fue excelente y los vi en dos ocasiones, una en Barcelona en el 98 y otra en el 99 en Santiago, musicalmente también estuvieron maravillosos y Mick Jagger gustaba de ponerse ostentosas casacas y chaquetas largas que le daban un aspecto demoniaco ; la música nuevamente fantástica y bien ejecutada aunque entre ellos estaban un poco independientes, no tenían la conexión y complicidad de otros conciertos y no hubo el feeling del maravilloso concierto de Gijón.

Finalmente llega el 2003 y me encuentro nuevamente a unos Stones en plena forma, con idéntica fuerza, alegría y energía que la del concierto de 1995. No queda otro remedio que rendirse ante esta situación y recibirles con los brazos abiertos ya que siguen siendo en el siglo XXI la mejor banda de Rock del mundo.

CONCIERTOS DE BILBAO Y MADRID - JUNIO DE 2003.

Había una gran excitación por ver a los Stones en Bilbao, tras la suspensión del concierto de 1998 por la laringitis de Jagger. Se esperaba a los Rolling Stones y estos ofrecieron lo que se esperaba.

Horas antes del concierto los bares de los aledaños del concierto se mostraban llenos de gente. Se veían multitud de camisetas de los Stones, de todas las clases, modelos y formatos. El público era de una media comprendida entre 35 y 45 años, aunque también había algunos cincuentones y mucha gente joven, aunque casi ningún adolescente. También se podía ver alguna familia y,¡ cómo no !, a muchos políticos y personajes públicos del espectáculo mediático vasco, a los cuales nunca había visto ni volveré a ver en un concierto de Rock.

El concierto empezó a las 20´30 horas con The Pretenders, demostrando Chrissie Hynde que sigue con esa voz perfecta y conservando, a pesar de haber cumplido ya los cincuenta, ese aspecto sexy y arrebatador de sus orígenes. No sonaron muy bien y tocaron de dia aunque su repertorio fue magnífico, tocando todos esos grandes temas que les han hecho populares y conocidos entre el público rockero. El concierto duró 45 minutos y se marcharon entre los aplausos y satisfacción del público.

Tras una larga espera y cuando el reloj sobrepasaba las diez y diez minutos, se despliega el escenario, suben las pantallas y luces, y suenan los acordes de “Brown Sugar”, apareciendo en escena los guitarristas Richard y Wood, Charlie y todos los músicos colaboradores, incluido Bobby Keys, que hizo el sensacional solo de saxo de la canción. Mick Jagger empezó a correr y a cantar desde la primera canción, vestido con una americana y una camisa rosa impecable. Desde este momento empezaron los comentarios señalando la forma que tenían y lo bien que lo estaban haciendo, y esto solo era el principio.

Casi sin tiempo para reaccionar Keith se pone al frente y lanza los acordes de “Start Me Up”, que fue recibida con gritos y aplausos del personal que empezó a cantar y saltar, lo cual haría hasta el final del concierto. En esta canción Ronnie hizo maravillas con su segunda guitarra y Mick empezó a conectar con el público, corriendo y saltando mientras interpretaba magistralmente la canción.

A lo largo del concierto Jagger habló en euskera y castellano, sonrío, saludo y presentó a la banda, haciendo olvidar a todos los presentes su edad cuando corría y corría y corría y corría, sin que saliese ningún jadeo o muestra de cansancio, haciéndolo todo mientras cantaba, también de forma fenomenal.

El tercer tema era de los noventa “You Got Me Rocking”, desatándose un duelo guitarrístico entre Richard y Wood que emocionó al respetable. La cuarta canción fue “Don´t Stop”, que resulta ser uno de los temas que han realizado para esta gira y que suena muy fresco y muy bien, funcionando fenomenalmente en directo, tocando aquí también Jagger la guitarra.

Tras este inicio lleno de fuerza y contundencia vuelve la calma con la sensacional “Angie”, destacando aquí la increíble voz de Mick y las guitarras acústicas de Richard y Wood. Tras esta canción se produjo uno de los grandes momentos de la noche con la extraordinaria interpretación de “You Can´t Always Get What You Want”, donde el riff de guitarra de Richard encandiló al público, así como la batería de Charlie Wats, que tocó fenomenalmente. La gente conectó absolutamente con el conjunto coreando y cantando el estribillo.

Una de las sorpresas de la noche fue el tema “Can´t You Hear Me Knocking”, del álbum “Sticky Fingers”, un tema largo y de carácter progresivo muy característico de los grupos de principios de los setenta, en un estilo más propio de Santana o de Robin Trower que de los Stones, muy experimental y en algunos momentos psicodélico, destacando el largo solo de saxo de Bobby Keys y los solos de guitarra de Ron Wood, que se llevaron un enorme aplauso y admiración por parte del público.

Se sucedieron también temas como “Tumbling Dice”, la canción éxito del Exile On My Street que resulta directa y vacilona, funcionando fenomenalmente en directo.

Keith Richard cantó dos temas, con una enorme pasión y emoción, aunque algo falto de técnica. Richard sigue con su aspecto y estilo crápula y salvaje, y sigue cantando y fumando a la vez. Richard se emocionó durante sus interpretaciones y no hacía más que golpearse el pecho y la cabeza a modo de saludo primitivo. Los temas fueron “Slipping Away”, muy suave y melódico con una guitarra rítmica que hacía estremecerse y “Before The Make Me Run”, que sonó un poco desigual aunque efectivo.

Uno de los grandes momentos de la noche fue la interpretación de “Simpathy For The Devil”, tema emblemático y básico en la carrera de los Stones. Aquí Mick Jagger se enfundó en su casaca roja y Richard soltó sus solos incendiarios, todo ello envuelto entre fuegos y luces rojas, introduciendo al público en una orgía sonora y visual, en un akelarre del siglo XXI, terminando la canción entre llamaradas y vibrantes solos de guitarra.

Posteriormente los Stones se dirigieron a un escenario pequeño que se situaba en medio del campo, abandonando el escenario principal por una pasarela, acercándose de esta forma mucho más a su público. Atacaron con el tema “I Just Want To Make Love To You”, blues clásico de su primer álbum, cosecha de 1963, empezando Mick Jagger a hacer sus solos de armónica que resultan maravillosamente irresistibles. Los Stones han mamado del blues y lo demostraron perfectamente con este tema tradicional y directo. Tras el blues y sin dejar respirar a su público deciden interpretar “Street Fighting Man”, el tema dedicado al mayo del 68 francés. La gente volvió a saltar y gritar entre las desquiciadas guitarras de este clásico. La Revolución no triunfó del todo pero algo sí, por lo menos seguimos oyendo y gritando con los Rolling Stones en el 2003 y volvimos a aplaudir al protagonista de la canción, al luchador de las calles. Finalmente en el escenario pequeño sonó una canción que durante las tres últimas giras la están tocando asiduamente, me estoy refiriendo a “Like Rolling Stone”, un clásico de Dylan que los Stones atacan e interpretan con total virulencia, desprendiendo fuerza y energía, con un Jagger pletórico, tocando extraordinariamente la armónica. Cuando sonaba el estribillo, se encendían las luces del estadio y el público, en perfecta comunión con el grupo, cantaba el estribillo.

Después de las interpretaciones en el escenario pequeño, los Stones se dirigen otra vez al escenario grande, recorriendo la pasarela, dando la mano a algunos afortunados que se la extendían al borde de la pasarela. El último fue Jagger y la gente no paraba de gritar.

Ya en el escenario grande se produce otra agradable sorpresa con la interpretación del tema “Gimme Shelter”, canción del año 1969, con un mensaje pacifista, desarrollándose la canción como si estuviésemos siendo víctimas de un bombardeo, cayendo los proyectiles muy cerca de nosotros, creándose un climax genial a lo largo de la canción. En este tema hay dos puntos destacables, primero la extraordinaria forma de tocar Richard, con cambios constantes de acordes, intercalando excelentes solos de guitarra ; y sobre todo el fenomenal dueto formado por Jagger y la cantante de color Lisa, que hicieron emocionarse al personal. Jagger protagonizaba la escena envuelto en una camiseta negra con una lengua verde de los Stones y Lisa se abrazaba al cantante con un traje ceñido, llegando a protagonizar juegos eróticos entre ambos, que supongo le gustarían y mucho a Mick.

También sonó “It´s Only Rock´N´Roll”, con un Ronnie desatado que no hacía más que soltar guitarrazos en la canción, entre risas con su compañero Richard. Veías al grupo en momentos como éste y parecía un grupo de adolescentes y no personas que están ya casi en la tercera edad. El público empezaba a convencerse de que quizás la mala vida es muy buena para la salud porque sino lo de Ronnie, Keith y sobre todo Mick es inexplicable. Antes del concierto había gente que me había dicho que ver a los Stones en el 2003 era decadente o propio de una enciclopedia. Los que señalan eso son gente que nunca los ha visto y que en realidad no es aficionada a la música y con esas ridículas opiniones sólo han demostrado ser ellos las personas más decadentes y reaccionarias del mundo, no precisamente los Stones, grupo en plena forma en el 2003.

Con un público totalmente entregado Keith Richard avanza al frente del escenario y empieza los acordes de “Honky Tonk Women” que sonó maravillosamente, llevando el peso de la canción el guitarrista, sin olvidar la chulesca voz de Jagger.

Finalmente suenan los acordes de una de las mejores canciones de la historia del Rock, “Satisfaction”, cuya interpretación fue emocionante y arrebatadora. Los dos guitarristas y el cantante no pararon de correr durante la canción, de un extremo a otro, interpretándola fenomenalmente. Dos son los aspectos que separan la canción grabada del directo, en primer lugar el extraordinaria solo de guitarra que incluye Richard en medio de la canción y en segundo lugar, la sección de viento que marca el ritmo al final y que completa la canción, haciendo un collage sonoro lleno de fuerza. Nunca una canción sonó tan honesta y brutal como esta versión de su tema estrella.

Tras lo expuesto llegó el final, habían pasado casi dos horas y el concierto llegaba a su fin, pero aún quedaba una última sorpresa. El bis final fue a cargo del archiconocido tema “Jumpin Jack Flash”, que sonó muy eléctrico y muy bien, con todos los músicos en plena forma, otra vez corriendo, cantando y tocando maravillosamente.

Los Stones se despidieron saludando al público, inclinándose ante los asistentes, entre fuegos artificiales y luces de colores. Bilbao fue una fiesta, la mejor fiesta.

El concierto de Madrid, celebrado dos dias después y al cual también asistí fue muy parecido al de Bilbao, limitándome, en este artículo, a señalar las diferencias entre ambos. En primer lugar el estadio era mucho mayor, con capacidad para 55.000 personas frente a las 38.000 de Bilbao ; el público era algo más joven en Madrid, aunque sin exagerar y por lo que pude hablar con la gente que ocupaba la parte baja había muchos entendidos y seguidores fanáticos del grupo, algunos auténticos especialistas que los habían visto más de treinta veces.

El ambiente era fenomenal y la noche estupenda. Pretenders sonó mejor que en Bilbao y los Stones algo peor, dado que la guitarra de Ronnie sonó bastante baja. A Jagger lo vi un poco más tranquilo que en el concierto de Bilbao aunque también realizó muchas carreras y saltos en su estilo habitual. Sólo cambiaron cuatro canciones respecto del repertorio anterior. En Madrid en sustitución de “Can´t You Hear Me Knocking” sonó “Midnight Rambler” que me dejó tocado para toda la noche, Richard no paró en toda la canción y toco blues rápido de forma fantástica, la gente no paró de saltar y gritar durante la canción, Mick Jagger hizo maravillas con la armónica y parecía que les estabamos viendo en un club y no en un gran estadio. El tema se alargó durante más de diez minutos, entre acordes cortantes de blues y machacones ritmos rápidos. Por un momento parecía la misma versión que la de la gira de 1969 y de eso hace 34 años.

El que si estuvo mejor fue Richard que interpretó dos canciones distintas que las de Bilbao, las cual tocó y cantó mejor. La primera es un tema escondido del Wodoo Loungue, me estoy refiriendo a “Trhu and Trhu”, que la cantó con gran emoción, siendo también emocionante su interpretación a la guitarra. Charlie estuvo también fenomenal con la batería en esa canción. Uno de los mejores momentos de la noche fue la interpretación de “Happy” por Richard, con esa guitarra rítmica y ese riff tan emocionante, haciendo los solos de slide guitar Ronnie, sentado en un taburete y tocando fenomenalmente. El final de la canción fue como una fiesta, con un Ronnie desatado, poniendo la guitarra en el taburete, dándole vueltas, mientras continuaba con sus solos de guitarra y Keith seguía con sus extraordinarios acordes rítmicos.

La última sorpresa de la noche fue en el escenario pequeño, donde empezaron con el viejo tema que popularizó Muddy Waters, “Manish Boy”, que sonó cortante y salvaje. Los guitarristas se esmeraron y en especial Jagger que nuevamente hizo sonar fenomenalmente la armónica.

El resto del concierto fue muy parecido al de Bilbao y todos salimos igual de contentos, acabé la noche en un bar de Malasaña, que se llama Angie, con música de los Stones a todo volumen, como si nada hubiese cambiado aunque algo si ha cambiado, por poner un ejemplo, ahora en los puestos de souvenirs se venden también camisetas, con la lengua de los Stones, para niños y yo compré una para mi hija de siete años.

Os comentaré la próxima gira que seguro que la habrá, antes de que cumplan los 65, porque las piedras no envejecen y algunas, por mucho que rueden, ni se desgastan. Por siempre y para siempre los ROLLING STONES.