ISSN 1578-8644 | nº 41 - Julio / Agosto 2003 | Contacto | Ultimo Luke
Paseos desde Praga
elena buixaderas

Hablan las urnas de Bohemia y Moravia. Desde el centro de Europa un pueblo baqueteado por la historia deja oir su voz. El viejo continente tiene tantas connotaciones tristes para las gentes de esta tierra que los pies se entretienen indolentes ante las urnas y con escepticismo se dejan llevar hacia los embalses y ríos en medio de este bochorno estival adelantado en el que mitigar las fatigas y los sudores. Nada va a cambiar con nuestra voz, parece ser el pensamiento universal de esta nación, o más preciso, todo va a cambiar de la misma manera a pesar de que nos pregunten. Por eso muchos checos se escapan de sus deberes democráticos, porque saben que la respuesta ya estaba dada de antemano. Vuelven. A una Europa a la que siempre pertenecieron. Y por primera vez forman parte de ella como pueblo libre, con el orgullo que les devolvió Smetana o Jirasek o el propio Masaryk. Un pueblo inquieto e ingenioso, repleto de músicos, filósofos e ingenieros que desde sus verdes y suaves colinas, sus praderas y lagos de argenta deja correr ese suave y dorado líquido por sus estómagos para aplacar la sed, bebida de los dioses guerreros que antaño dominaron estas tierras.

Y es que, entre otras muchas cosas, este pueblo tiene la mejor cerveza del mundo.