ISSN 1578-8644 | nº 35 - Enero 2003 | Contacto | Ultimo Luke
Emergentes
"Punto y seguido"
inés matute

La obra de Rosario Sánchez no es fácil; o te llega directamente al corazón o te deja indiferente. Supongo que las mujeres, sobre todo las que hemos experimentado la maternidad, somos más sensibles a ciertas realidades, a determinados vínculos que para muchos adoptan una consistencia gelatinosa. Sobre una pared de la galería, habitualmente inmaculada, un carboncillo va perfilando sus frases; palabras como baile de arañas en un escenario donde el esqueleto de las perchas sostiene prendas imposibles. En lo alto de la escalera está Charo, que nos saluda con los dedos negros y el corazón festivo. Alejandra y Maribel Bordoy, galeristas sin prejuicios, saben que lo que muestran hoy es una apuesta arriesgada. Pero asumen el riesgo. Y ganan.

“ Tener un hijo me ha ligado más a la tierra, más a la vida; tengo más miedo a morir porque ello supondría no verle crecer. Pienso en él y en sus necesidades antes que en mi. Es como una anulación personal, pero bien compensada. Por eso he hecho los jerseys y el gorro; las labores y el tacto del tejido me remiten a la infancia, son cálidos y blandos, y yo asocio todo esto a la relación maternal. Las ramas de las plantas son las raíces que me unen a las cosas más materiales y a la vida; también representan para mi el tiempo propio y la independencia que he perdido. El embudo es una forma que me gusta porque concentra todo lo que entra disperso en una única salida. En ocasiones las ideas y los sentimientos se dispersan como si estuvieran sometidos a la fuerza centrífuga. Este primer año mi cabeza ha sido como una plancha caliente sobre la que saltan gotas de agua. Demasiados sentimientos y sensaciones que por fin empiezan a ordenarse”