Don DeLillo
Cosmópolis
Seix Barral - 2003

No es casual que el escritor norteamericano Don DeLillo le dedique su última novela, Cosmópolis, a su colega Paúl Auster. Sus coincidencias a la hora de entender la literatura son muchas, y los territorios en los que enmarcan sus respectivas obras coinciden en no pocas ocasiones, situándolas ambos en Nueva York. Estamos hablando de dos de los autores, con perdón de Philip Roth, que más darán que hablar en el futuro, y quienes posiblemente tienen más garantías de alzarse en su día con el Nóbel de Literatura. (Aunque esta última premisa no sea sinónimo de calidad, en cualquiera de los casos mencionados sería más que justificable). Por tanto, fallecidos unos o condenados al auto ostracismo otros como J.D. Salinger o Thomas Pynchton, (por cierto, ¿conocen ustedes la leyenda de que Salinger en realidad es una mujer, y ese y no otro es el motivo de que permanezca oculto?), la literatura norteamericana de comienzos del siglo XXI pasa inevitablemente por estos tres nombres. Se podría decir que como en algunas obras de estos autores, y de otros muchos a los que obligadamente nos remite Cosmópolis, el verdadero protagonista de la novela es la ciudad de Nueva York: su fauna, sus habitantes...., un singular microcosmos en que se encuentra Eric Packer, millonario a sus veintiocho años gracias a La Bolsa. Pero todo tiene un límite, incluso para aquellos que como Packer creen haberlo superado, y así se enfrasca en una inusual que no inverosímil apuesta financiera en la que el día de autos, el día de Abril del año 2000 en el que se desarrolla la historia, lo que nos recuerda y mucho al Ulises de Joyce, todos lo elementos y fuerzas del universo parecen haberse alineado en su contra. Inicia así un viaje a través de la ciudad con el objeto de cortarse el pelo (que metáfora tan pueril), viaje que se traduce en pequeñas escalas que realiza con su limusina bien para solventar algún asunto financiero, bien para mantener relaciones con sus amantes, pero siempre mostrándonos las pequeñas y grandes miserias de aquellos que creyendo tenerlo todo entran en barrena en caída libre. Paradoja de la sociedad moderna, Cosmópolis sin duda esta llamada a envejecer con dignidad.