Sección: ARTE
Serie: ENTREVISTA
Título:
Miguel Sola. Barítono
Autor: Inés Matute
e-mail: ines@espacioluke.com

nº 33 - Noviembre

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Miguel, has cantado con Montserrat Caballé, Plácido Domingo, Alfredo Kraus, Luciano Pavarotti, José Carreras, Vicente Sardinero.... La pregunta es ineludible: ¿cómo llegaste a ser cantante de ópera, por azar o por vocación?

Supongo que las circunstancias familiares tuvieron mucho que ver con ello. Mi madre era bastante conocida en el ambiente operístico e incluso llegó a grabar algunas piezas con Ataúlfo Argenta. Ella siempre quiso que yo estudiase música, y de hecho lo hice desde los doce años. En realidad me estaba preparando para pianista, pero a los 16 años murió mi padre y mi madre me llevó a la Escuela Superior de Canto a fin de ver si podía ingresar en el Coro Nacional. Para entonces yo ya estaba en quinto de piano y había estudiado solfeo y armonía. Me hicieron una audición y, considerando mis condiciones, que ya eran bastante buenas, me dieron un plazo de seis meses para que me preparase a fondo con la ayuda de profesores, cosa que hice. Luego me escuchó Ana María Iriarte y a los ocho meses obtuve mi primer contrato para el Festival de Cuenca.

Pero tú eras muy joven y supongo que también te “tiraría” el rock, el pop.... ¿O me equivoco?

Claro que sí, como buen “chavalote del 69” yo era más rockero que nadie, y cuando no estaba estudiando partituras, escuchaba a los Who, los Black Sabbath, Emerson Lake and Palmer ( rock sinfónico), Yes.... Pero al estar obligado a “refinar” partituras clásicas, descubrí a Puccini y a Verdi, y para mi fue una suerte de revelación. Al mismo tiempo, comencé a cantar óperas como bajo, y el hecho simultáneo de ganar dinero y cantar ante el público cambió mi vida. Ganando 11.000 pesetas en el año 73 yo me sentía el rey del escenario. Evidentemente también tenía muchos gastos – contraté a muy buenos profesores- pero pese a todo ganaba una cantidad más que respetable. Digamos, por contestar tu pregunta, que simultaneé a los Who con la polifonía y la música sacra. Cuando entré en el Coro Nacional, con 16 años, ignoraba que fuera a dedicarme a esto de por vida, pero la profesión me atrapó desde el primer momento.

Háblanos de las audiciones, una prueba de fuego para los principiantes.

Las audiciones son frías, y es evidente que no es lo mismo ver a un cantante interpretar su papel caracterizado y apoyado por todo el equipo, que verle solo en mitad del escenario, sin posibilidad de ensamblar con los compañeros. Así se puede juzgar la voz o la parte técnica, pero sólo eso. Es la pescadilla que se muerde la cola: si no eres conocido no te contratan, pero no te contratan si no eres conocido, con lo cual no te queda más remedio, sobre todo en los inicios de la carrera, que recurrir a las audiciones. Yo, como casi todos los cantantes de ópera, he tenido algún fracaso en una audición, pero lo considero parte del aprendizaje. Puedes no gustar tú, no gustar tu voz, no gustar tu físico...etc. Te contaré una anécdota: cierta vez, ensayando una obra, apareció por el teatro Pepín Manzaneda, que precisamente venía de hacer audiciones en La Zarzuela. No le había gustado ninguno de los aspirantes, y al oírme ensayar me contrató para una temporada completa en Las Palmas, donde estuve funcionando con cuatro obras distintas.

¿Cuál es el secreto de una carrera sin altibajos?

Una carrera sin altibajos es algo muy difícil de lograr y que no siempre depende de ti; sinceramente, no creo que exista el intérprete que no haya pasado por un bache. A veces no sintonizas con el momento operístico, o te equivocas de repertorio, o tienes una mala imagen dentro del gremio, o los medios de comunicación te arrinconan, o tu agente, en caso de tenerlo, no funciona adecuadamente. Imaginemos que un determinado agente se pelea con un teatro X. Si él es tu representante, automáticamente allí estás vedado. En otras ocasiones, tú te ves bien, en pleno rendimiento, y no te llaman porque.... porque estás demasiado gordo para los papeles en los que encajarías, por poner un ejemplo. Una equivocación con el repertorio puede ser fatal para los restos, puesto que te estanca en tu carrera y te desgasta mucho a nivel personal, aunque a veces se de un posterior “renacimiento”. Alfredo Kraus siempre ha funcionado, pero es sabido que él nunca se ha salido de su repertorio. En cualquier caso, es vital educar la voz siempre, no pensar que uno ya lo sabe todo, y sobre todo dar con los profesores adecuados, que no todos los son.

¿A qué te refieres?

A que hay profesores que utilizan malas técnicas. También los hay que se esfuerzan más en enseñarte a impostar la voz que en enseñarte a sacarle un mayor rendimiento. Incluso a veces se da la paradoja de que no quieren enseñarte sus “secretos”: cómo producir el sonido, cómo mantener las notas. Una buena técnica de respiración, con el consiguiente dominio de tu cuerpo, lo es todo, puesto que el sonido no se produce ni en la caja torácica, ni en la gola ni en la boca. El sonido viene de más abajo y de muy adentro. Incluso me atrevería a decir que un sonido correcto se origina a la altura de la ingle. Seguramente te hará gracia, pero piensa en el mugido de una vaca. Eso viene de muy adentro.

¿Qué es a tu juicio lo mejor y lo peor de la profesión?

Lo mejor es tener siempre un contrato en la mano, la seguridad que te da el saber que gustas y que quieren que cantes para ellos. Del trabajo siempre sale más trabajo, mientras que del silencio raramente sale nada. Lo peor es lo que antes comentábamos: el olvido pasajero. Todo artista ha de tener una gran fortaleza física y mental que le permita soportar las presiones, el desgaste, las enfermedades y las críticas adversas. Yo he llegado a cantar el Mossé de Rossini en Bayreuth con 38 grados de fiebre y he conseguido que el público no lo notase. Simplemente sabía que tenía que hacerlo, porque de no haber salido a escena se hubiera suspendido la función.

Todo artista necesita de grandes dosis de paciencia y de humildad, sobre todo en este mundo donde a veces los respectivos egos, más aún en el caso de los grandes divos, chocan constantemente. ¡Si yo te contase algunas anécdotas de María Callas....!

(De hecho me las cuenta, pero considero que deben permanecer off the record)

Pues ya que lo mencionas, cuéntanos qué haces cuando tienes problemas de garganta.

Dos cosas: masticar hielo y llamar a Javier Antolínez, que es manuacupuntor. Él manipula la zona de los dedos que se corresponde con la garganta , y la mejoría a veces es instantánea: desaparece la inflamación y las cuerdas vocales se relajan.

Háblanos de los ensayos, esa tortura necesaria.

Los ensayos son fundamentales, no sólo para acoplar tu voz y tus movimientos a los de tus compañeros, sino porque a veces el director artístico, figura que cada vez está cobrando mayor protagonismo, ha planteado la obra de una manera muy diferente a lo que tú has concebido previamente. Sin ir más lejos, yo he hecho un Rigoletto ambientado en los años 50 y también un Moisés que se desenvuelve entre barrenderos. Normalmente todos tenemos un repertorio que conocemos a la perfección. Los ensayos suelen duran un mes antes de la primera función. Cuidamos mucho los movimientos y el ensamblaje de los distintos personajes. No conviene olvidar que el nuestro es un trabajo de equipo.

Por qué las carreras de los cantantes actuales son tan diferentes de las de los cantantes de hace treinta años (y admito que estoy pensando en los chicos de Operación Triunfo).

El CD nos ha hecho un gran daño, puesto que la grabación de un CD se manipula mucho y apenas tiene nada que ver con el canto en directo, donde el más mínimo error se manifiesta libremente. Antiguamente un cantante se hacía a base de tablas. El director artístico conocía bien todos los registros de su voz y seguía el desarrollo de su carrera. Poco a poco se iban mejorando los teatros hasta llegar a la Escala de Milán, el Metropolitan o el Covent Garden. Cuando uno estaba consagrado en el escenario, se grababa el correspondiente disco. Ahora se hace a la inversa: la gente se da a conocer con el disco, luego pasa el escenario y cuando empieza el declive, comienzan a actuar en teatros o en locales de segunda. Darse a conocer mediante una grabación de estudio y crear falsas expectativas en cuanto a la potencialidad de tu voz es un error que sólo encuentra explicación como estrategia de mercado. Hoy se busca más al producto de marketing que al artista. Lo que vende. Lo promocionable. La imagen. Sólo el directo no tiene truco.

Aún eres muy joven, pero ¿ Cuándo has pensado retirarte?

A no ser que me quede sin voz, nunca. Cuando sea viejo, haré papeles de viejo. Personalmente me veo incapaz de renunciar a algo que no es sólo una profesión, sino un modo de vida. En algunos momentos me he planteado pasarme a la dirección, e incluso he recibido interesantes ofertas. Sólo la dirección podría tentarme, aunque yo siempre me veré como cantante.

Un consejo a los aspirantes.

Que trabajen todos los días, que amen la música, que estudien, que se formen, que se rodeen de buenos profesores, que se sacrifiquen por aquello que va a ser el eje y motor de su vida. Que crean en sí mismos, que no bajen la guardia.

Miguel Sola. Bass Bariton. Un gran hombre, un gran amigo y un gran artista.

Miguel Sola.
Bass Bariton
jmsolalo53@terra.es