Sección: ARTE
Serie: Del interés del arte por ...
Título:
Del interés del arte por la belleza
Autor: Kepa Murua
e-mail: kepa@espacioluke.com

nº 28 - Mayo

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Los gustos del público cambian con el paso del tiempo. El artista impone sus criterios con una mirada nueva. Inevitable. La pintura se ve obsoleta, la escultura se mantiene desorientada en el caos de las ciudades que amontonan piedras sin ninguna orientación clara, y la arquitectura disuelve sus necesidades en una sociedad que huye de cualquier idealismo o vanguardia formal. Por el contrario nuevas palabras que engloban a géneros en movimiento aparecen en escena. Cualquier cosa que se mueva, cualquier objeto que se reproduce, cualquier código que se disuelva en los espacios del mundo de la tecnología es susceptible de abanderar una propuesta expresiva que se presenta ante el público como novedosa. ¿Pero y los contenidos? ¿Dónde quedan los motivos que modelan el gusto de la sociedad? ¿Y dónde los sentimientos expresados en el mundo del arte cuando todas las variaciones posibles han consolidado un caos que el artista contempla desconcertado? ¿En este lenguaje que rompe moldes a su antojo de dónde entresaca el crítico las palabras que interpretan la belleza sin apenas discernimiento? ¿Es verdad entonces que el concepto de belleza ha cambiado tanto, es verdad que la belleza de antes, ahora es otra? ¿No será que la belleza de las cosas inútiles tiene una lectura que no satisface a un público acostumbrado a devorarlo todo con una rapidez que el mundo del arte no está dispuesto a asumir? El mundo del arte modela con tranquilidad el pensamiento, mientras la belleza recurre a una necesidad estética que nace de la aceptación del arte contemporáneo como tal. Si la mirada cambia es porque el arte ha cambiado. Si la belleza no se entiende como antes asistimos a un arte nuevo que tardará en recomponer sus códigos estéticos porque tanto las necesidades expresivas como las perceptivas están asimismo cambiando. No obstante, si al arte se le exige entre otras cosas riesgo y aventura, y a la historia del arte se le solicita calma para asumir nuevos planteamientos estéticos con criterios propios, no estaría de más esperar y ver en qué queda todo. Porque así como el arte está mediatizado por el gusto del momento tampoco deberíamos olvidar que si la belleza es una realidad imperturbable es por último una palabra que tampoco cambia de la noche a la mañana de significado.