Sección: ARTE
Serie: Del interés del arte por ...
Título:
Del interés del arte por el poder
Autor: Kepa Murua
e-mail: kepa@espacioluke.com

nº 29 - Junio

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El artista reniega del poder, el poder necesita del artista. Frente a él el artista busca la soledad para indagar en un mundo complejo lleno de matices contradictorios porque sólo el poder que emana de su arte le reporta un prestigio ante sus semejantes. Pero el poder que genera el arte se mide por otros parámetros, como el económico que le permite trabajar con lo que quiere sin preocuparse lo más mínimo por otras necesidades. El artista reniega de lo que representa el poder, pero se ampara bajo su protección para sobrevivir. Cuestión de talento y de necesidad. ¿Quién no ha visto al artista apelar al prestigio de las altas esferas para volcarse sin disimulo alguno en las manos de las instituciones representativas del país? ¿Quién no ha visto a un artista renegar de todo y fotografiarse de inmediato junto a los que crítica con suficiencia? El poder del arte es real y es simbólico frente a la insignificancia del artista. Es real porque está ligado a las finanzas más sutiles y demoledoras, y es simbólico porque así como el artista crece, si es verdad que lo consigue, es devorado en el instante en que toca con sus manos el éxito que ahoga la vanidad del artista en un espacio que el poder necesita para sanear puntualmente su conciencia. ¿O es que algún ingenuo piensa todavía que el poder no tiene también su conciencia? La historia del arte está repleta de ejemplos: la corte con sus aduladores, el imperio con sus poetas, la iglesia con sus pintores, los retratos de los gobernantes realizados por encargo, el mecenazgo desde el renacimiento hasta nuestros días, las exposiciones cumbre de los escultores, los premios y otros reconocimientos amparados hoy por el estado y la economía que lo sustenta. Nunca se debe olvidar sin embargo que el poder prestigia un arte mediocre y populista que conlleva la convalecencia creativa. Un artista adocenado, nada incómodo, ni excesivamente radical en sus propuestas artísticas e ideológicas es lo que destaca finalmente entre las sombras congeladas del poder que convierte en mármol todo aquello que en principio iba para oro.