Sección: CINE
Serie: Sueños en la caverna
Título:
"Historias de superhéroes"
Autor: Alex Oviedo
e-mail: alex@espacioluke.com

nº 30 - Julio/Agosto

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En los años ochenta dos de los gurús más importantes del actual mundo del cómic sorprendieron a público y crítica retomando alguno de los personajes tradicionales para reformularlos y adaptarlos a los tiempos. Surgieron así dos de las obras emblemáticas del cómic de los últimos años: "Watchmen", de Allan Moore y "Batman: the Dark Knight returns", de Frank Miller.

En ambas obras, se reflejaba el mundo del superhéroe desde la perspectiva mucho más sombría, casi patética, de unos personajes enfrentados a sí mismos y a una sociedad que ya no les entendía. "Watchmen" buscaba explicar la existencia del superhéroe en un mundo que lo rechazaba y se convertía en el retrato de unos seres absurdos y peligrosos, dominados por sus contradicciones. Esa misma perspectiva se abría en "Dark Knight" , en la que un Batman atormentado y maduro buscaba su propia supervivencia, dominado por sus recuerdos, fobias y sinsentidos.

Los personajes dejaban de ser superhéroes brillantes para convertirse en hombres con dudas, miedos, con trastornos ocasionados por sus propios poderes, y en muchos casos, como ocurría posteriormente en "Batman: Year One", también de Miller, una excusa para describir una sociedad y unos personajes secundarios mucho más interesantes que los protagonistas.

El cine, acostumbrado a nutrirse de situaciones, personajes y argumentos procedentes de la literatura, ha recurrido al mundo del cómic como fórmula de un éxito seguro. El taquillazo de "Spiderman" ha hecho que las productoras hayan vuelto la mirada hacia los superhérores, a los que habían olvidado desde las sagas sobre Batman y Superman. Los saltitos de equilibrista disfrazado, junto con las mejoras en teconología digital y en imagen, harán las delicias del espectador. No hay que buscar mucho más allá. Estamos ante un cine gastronómico, para comedores de palomitas y bebedores de refrescos de cola, espectadores cuyas pretensiones, tan válidas como las del sesudo crítico de películas francesas, son pasar un rato divertido.

¿Por qué traigo a colación sin embargo a dos de las mejores revisiones del cómic de superhérores en contraposición con "Spiderman"? El personaje de Spiderman no posee ese lado oscuro y contradictorio que rezuman los últimos Batman realizados para el cómic. El Hombre-Araña es un personaje mucho más optimista y sencillo, estudiante enamorado que se ve de repente dominado por sus poderes arácnidos. Un personaje quizás más parecido al Superman defensor de la ciudadanía y de las libertades. Pero un par de escenas de la película me hicieron recordar sin embargo que la frontera entre ser un héroe o ser un villano es difusa.

"Tú y yo nos parecemos", le dice El Duendecillo Verde a Spiderman en alguna de sus escenas de lucha. Y de igual manera The Joker acusaba a Batman de haberle creado. "Tú me has creado", le soltaba en el primer "Batman" dirigido por Tim Burton (la mejor demostración de que sí se puede hacer una gran película si se tienen buenas ideas). "Sí, pero tú me creaste primero", le contesta Batman recordándole que era la venganza lo que le había llevado a disfrazarse.

"Tú y yo nos parecemos", porque las motivaciones de ambos son las mismas aunque dirgidas en diferentes direcciones. Y porque los personajes no son sólo un ir y venir entre saltos o explosiones sino todas las circunstancias que les hacen moverse. Y muchas veces son los miedos, las dudas y las incertidumbres las que hacen que nos dirijamos hacia un lado u otro de la frontera.

De momento el cine americano nos promete nuevos héroes. Una más que evidente segunda parte de "Spiderman", una nueva versión de "The Hulk" o la segunda parte de "X-Men" (espero que tan lograda como la primera, quizás de las pocas veces que hemos descubierto los sentimientos de seres dominados por las contradicciones de sus poderes). Volverá asimismo el personaje de "Catwoman", el vengador justiciero "Daredevil" y una versión del cómic "Batman: Year One" (de la que tengo más miedo que esperanza). ¿Podrán estas superproducciones hacernos recordar que los héroes tienen también una parte de villanos, que el bien y el mal van tan ligados como el amor y el odio? ¿Podrán dejar de lado el lado más mítico del héroe para centrarse en el humano como ya se hiciera en la maravillosa "El protegido" (todo superhéroe tiene su supervillano y ambos se complementan y necesitan)?