ࡱ> )+(u  jbjb̰ 1ڮڮ ]  *88888888,C7H888880888000888800,  ׸v Praga no existe (Las cmaras fotogrficas no retratan la imaginacin) Toda divagacin cuenta con un puerto de embarque que parte casi siempre de una afirmacin categrica y hoy en da abundan las voces de nufrago. As que, dado que acaba de comenzar la primavera y toca hablar de Praga, comenzar por sostener con cierta conviccin que, a pesar de que he cruzado varias veces el puente Carlos y he saboreado en ms de una ocasin el amargor de los posos de un caf turco en la misma mesa en la que los poetas del Devtzil se reunan en el viejo establecimiento del Slavia, la mencionada ciudad de Praga no existe. Y es que igual que alguien que jams ha visitado Londres o Berln puede reproducir con ayuda de su imaginacin sensaciones verdaderas de esos lugares, tambin a la inversa, el que ha pasado por un determinado lugar puede imaginar su inexistencia como una experiencia novedosa. Los motivos son mltiples, y pueden ir desde la necesidad de fabricar un antdoto contra la nostalgia hasta la posible intencin de protegerse de alguna de las consecuencias de aquella advertencia de Rilke en la que se sostiene que la belleza es el comienzo de lo terrible. De cualquier manera, la ficcin siempre se acaba imponiendo a la realidad. Somos nmadas viajando por un inmenso ocano de arena con un tiempo reducido para establecer un nuevo plan fallido en la consecucin de una quimera. Como dice el Nbel, Jaroslav Seifert, si alguna vez existi el paraso no fue en este planeta. Perseguimos algo que llamamos felicidad, algo que se aleja en la misma direccin que navegamos. Es un horizonte que gira con nosotros y delimita una eterna lejana. A cada braza de aproximacin nos contesta con otra equiparable en alejamiento, como un jugador que tiene las mismas cartas que nosotros y siempre iguala la partida. En cada mano comenzamos nuevamente desde cero. Cuando se acaban las cartas tenemos una eternidad para ejercer de sedentarios y vivir es reconstruir permanentemente ilusiones perdidas. Es construir una Praga que no existe. Por eso yo prefiero hacer como aquel jorobado que deca Vladimir Holan talaba los rboles y los matorrales, slo para no tener que barrer en otoo hojas muertas. Por eso me reservo una maravilla para el porvenir, por eso Praga no existe... Enrique Gutirrez Ordorika (Escritor)  IJklR S      I    / 0. A!"# $% uFGAHOHTHITJA]JOJaJ,JeJoJ.JuKO]KeKoKuKwKy]LS]LT{LV)LW)LYLeL-LoLL4L>L>LyOAOGOOOTOUOVOWOX]OYO,OeO.O4OOvOwPAPaP,PeP-]PoP.PrPuRCRGRORSRTRURVRWRY]RaReRoRRuSASTSVSY4S,S.SvSwSyTATJTOTa{T{T{T:T,HTe)T)TTT4TThT-To)TgT)T.HTr)T;Tu)T)Tw)Ty)UAUTHU,U.VAVCVGVOVYQ [(@(NormalCJmH FA@FFuente de prrafo predeter.BZ@BTexto sin formato CJOJQJ      II:@JO:BCH  HIIJjlQS UsuarioGDisco UltraSCSI:Desktop Folder: Trabajos en curso:Luke-Praga:enrike.doc@II8Z IH5 P@GTimes New Roman5Symbol3 Arial3Times? Courier New"1Bd&Bd& 0  UsuarioUsuariorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr99 rSS XrSrrr X X X  r r  r r r r  SrS Xr  S rrr 99 9SrS Xr r r rrrrr f rr r h X  h +bX I9 9 X 2*9lj7#1t%$/OցG-7 )9dS0#@!,Ia5%$O#3[q=" .d!,D}xE, 2n"%1WzK1$ 3w %*A|pI4("# ; Oh+'0P    $08@H' ssUsuariosuaNormalUsuario2uaMicrosoft Word 8.0d@F#@t @t  _")8_ݛT:*"!  0~$5L]=,'$  >/>n`>/)'&#"'Q6Xݬd>+()**%$!3bJۍZ<*'%+**(%DmԒT9,)'!(,*)&-]S7+(& "&(*0) :tςN4+(( !)-:9$)HʁQ5+('"!!&.>>5-W辂N6-,&$#")1>ED(#4dsK7(*'$""(/>EH='@yٙhE3(''$#$*.8>EC).PЋ`B/+%&'$#)-6??@2  4a}XA,%&$!#$%)12:B;$ "@z ՜.+,D՜.+,4 hp  'Usuario   Ttulo 6> _PID_GUID'AN{5B0FD381-4ADD-11D6-8975-000502E9BC4C}uP5($"!! '(1=BFMH/4( "@pM4*#! %,5==JIKA3<-)MߪoJ0)'  "*4?EILO?8<<(3]ڟkH/""&!!%(3>AQTSQ4?I7!@z٘iF/% " )-085@N1,TܚdD.% %,.5;BPhQ;>EG+9nՓeC.$  ! $/5;EN^^@FOR="'Hą\<+"!!#',8=DLSjWHFWnd40\oP7(%#+16:BKS`E@QZod-!